EL BENEFICIO DE LAS PAUSAS ACTIVAS
Tanto
las posturas estáticas como los movimientos repetitivos provocan después de determinado tiempo
una disminución importante del flujo de sangre
que llega a los músculos, tendones, nervios de las extremidades superiores o
inferiores originando fatiga señala José Luis Vallejo González, médico especialista en ergonomía. “Si el
trabajador no descansa esa fatiga se puede transformar en una lesión o
enfermedad conocida como trastorno
musculoesquelético de origen
ocupacional.
El uso de pausas
es un recurso efectivo para evitar la fatiga.
Son
los tiempos que debe descansar un trabajador para
recuperarse de la exposición a los diversos agentes nocivos (ruido,
agentes químicos, posturas inadecuadas) y se habla de pausas activas a los tiempos cortos donde el trabajador realiza
rutinas de relajamiento muscular.
El especialista comenta: “existe una metodología para determinar el tiempo que un trabajador debe descansar por
efectos de fatiga y fue propuesta por la Organización Internacional del Trabajo
(OIT)”.
Las
pausas activas se tratan de ejercicios compensatorios, con distinta frecuencia
y duración, según el tipo de trabajo, pues no hay una fórmula
mágica para todos. Los ergónomos explican, que si en
la labor desempeñada predomina la digitación de un teclado, por ejemplo, lo ideal
es detenerse dos veces en la mañana y dos en la tarde,
para elongar la musculatura.
En
el caso que se trate de una persona cuyo trabajo implica mucha carga mental, lo recomendable son
ejercicios lúdicos, que
lo distraigan.
Por otra parte, los ergónomos aclaran
que es muy importante que el diseño de
cada pausa esté a cargo de un experto, que conozca el trabajo, el tipo de labor
y las características de la persona que lo realiza.
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