El 17 de abril se celebra el Día
Mundial de la Hemofilia, que es una patología hereditaria que produce
anomalías en la coagulación de la sangre. La falta de un factor de coagulación
ocasiona que las personas con hemofilia padezcan hemorragias más prolongadas
que las personas cuyos factores de coagulación tienen niveles normales.
Las características de la patología provocan que el paciente hemofílico
esté pendiente de transfusiones de sangre, con el riesgo que ello conlleva.
Gracias al perfeccionamiento de las técnicas de detección, las transfusiones
hoy en día son más seguras que nunca, aunque pueden ocasionar riesgos para el
receptor como reacciones alérgicas e infecciones. Aunque la posibilidad de
contraer SIDA o hepatitis por las transfusiones es remota, los médicos son muy
conscientes de estos riesgos e indican transfusiones cuando no existe otra
alternativa.
Al tratarse de una enfermedad hereditaria aún no existe un tratamiento
que cure la enfermedad pero las investigaciones respecto a la terapia genética
constituyen una posibilidad muy interesante para la solución de la hemofilia,
ya sea de manera total o parcial.
El Día Mundial de la Hemofilia fue establecido por la FMH en 1989 en
honor de Frank Schnabel, fundador de la Federación Mundial de la Hemofilia, que
nació este día.
El lema para el 2014 es "Exprésate: promueve el cambio". Este
año la campaña se enfocará particularmente en acercar a los miembros jóvenes de
la sociedad con el propósito de fomentar su participación y desarrollar un
liderazgo sólido para el apoyo de la comunidad con trastornos de coagulación.
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