Quizá te parezca paradójico, pero muchas personas son más productivas cuando
trabajan en un ambiente relajado. En este contexto, un entorno relajado también
implica que está organizado y ordenado. La idea es que te de gusto estar en tu
lugar de trabajo, aunque solo sea un escritorio en un rincón de tu habitación.
Como el gusto es algo personal, cada uno encontrará una forma propia de
organizar su oficina como más le agrade, pero las siguientes recomendaciones te
ayudarán a optimizar tu espacio para que tu jornada sea más productiva.
1. Tu entorno de trabajo tiene que ser atractivo para ti:
Seguramente pasas varias horas de tu día en ese lugar, así que es fundamental
que te sientas a gusto, y que tenga tu estilo. Tienes que arreglarlo para que
cada vez que entres allí y lo veas, te sientas bien. ¿Sientes eso en tu lugar
de trabajo actual? Analiza cuáles son tus sensaciones principales con tu
entorno, y si sientes angustia, aburrimiento, desgano, tedio… ¡es hora de hacer
algunos cambios!
Concéntrate en lo que desearías sentir al ver tu oficina, o tu escritorio.
Usa distintos elementos para adornar el lugar. No necesariamente debes hacer un
gasto extraordinario: algunas fotos de tu familia para sentirte más acompañado
o motivado, una imagen de un paisaje que te relaje, un espejo, algún recuerdo
de viajes pasados o de tu infancia. Ve probando distintas combinaciones, si
puedes pintar una pared con algún color distinto, o modificar la luz del
ambiente también obtendrás resultados beneficiosos.
2. Mantén todo ordenado, limpio, lo más despojado posible:
Si entras a tu oficina y ves un escritorio atiborrado de papeles, cuadernos,
lápices… seguramente sentirás estrés antes de sentarte en tu silla. Un
escritorio ordenado y libre de estorbos visuales te ayudará a concentrarte
mejor. Además, si sabes dónde tienes cada cosa, perderás menos tiempo buscando.
Creo que la planificación y el orden son las dos claves del dominio del tiempo.
Mantén solamente a la vista las cosas que estés usando para tu tarea actual, y
archiva el resto en cajones, estantes, armarios. Puedes usar cajas de zapatos
forradas con papel de distintos colores, y acomodar en ellas distintas cosas
según su grado de importancia o prioridad.
3. Haz que tu ambiente huela bien: Es prácticamente
imposible trabajar y concentrarse en un ambiente cerrado, con olor a humo o a
humedad. Busca la forma de ventilar tu oficina a diario, quizá si pones plantas
en la ventana, las flores llenen el lugar con su aroma. También puedes usar
velas aromáticas, o un difusor de esencias… Lo importante es encontrar un aroma
que te agrade, y que te haga sentir pleno en tu lugar de trabajo.
4. Invierte en una buena silla: Al pasar tantas horas
sentado, es fundamental que tengas una silla ergonómica y de buena calidad.
Esto te evitará dolores de cabeza, cintura y espalda. Además, te ayudará a
mantener una posición erguida, que te mantendrá más concentrado y no te
distraerás en dolores lumbares u otras molestias de este tipo.
Bueno, estos son solo algunos consejos. Si estás ahora mismo en tu oficina,
haz esta prueba: sal de ella, párate en la puerta y mírala como si fuera la
primera vez que entras. Presta atención a lo que sientes, y toma nota de tus
sensaciones más fuertes. Si algunas de ellas son negativas, entonces tendrás
que trabajar para modificarlas. Escribe en un papel las sensaciones que vas a
eliminar, y escribe bien grande que es lo que te gustaría sentir apenas entras
a tu oficina. Con esa información y las recomendaciones que te di en este
artículo, comienza hoy mismo a hacer modificaciones en tu entorno.
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